Aymée Martínez, una de las figuras destacadas del atletismo cubano, ha sabido transformar su carrera deportiva en una fuente de inspiración para nuevas generaciones. Su historia no solo está marcada por sus logros en la pista, sino también por su invaluable aporte como entrenadora, liderando con el ejemplo y guiando a atletas hacia el éxito con su compromiso, dedicación y pasión por el deporte.

Con una carrera impresionante, Aymée brilló en competencias internacionales, destacándose como campeona mundial en los 200 metros en Marrakech, Marruecos, en 2005, un título que sigue siendo el Récord Nacional Juvenil de Cuba. Su medalla de bronce en 400 metros en esa misma cita y sus victorias en los Juegos Panamericanos de Río 2007 y Guadalajara 2011 en el relevo 4×400 metros, la consolidaron como una de las grandes del atletismo cubano.

A los 24 años, Aymée se vio obligada a alejarse de la pista debido a lesiones en sus rodillas, pero su amor por el deporte la llevó a una nueva etapa: la de entrenadora. Desde 2012, ha compartido su experiencia con jóvenes atletas, primero en Cuba y luego en República Dominicana, trabajando junto a su compatriota Yassen Pérez, un referente en la preparación de talentos. Aymée, como parte del equipo, ha sido fundamental en la formación de figuras como Marileidy Paulino, campeona mundial de 400 metros en Budapest 2023, y ha trabajado con numerosos atletas en diferentes categorías, llevando su enfoque basado en la perseverancia, el trabajo en equipo y la disciplina.

En sus propias palabras, Aymée reflexiona sobre su transición de atleta a entrenadora, destacando cómo los valores que la guiaron durante su carrera deportiva ahora los transmite a sus pupilos: «La Aymée atleta sigue presente en mí, con la misma pasión y deseo de triunfar. No importa el rol, mi objetivo es siempre llevar a mis atletas al máximo de su potencial.»

Uno de los momentos más emocionantes de su carrera fue cuando, como entrenadora, llevó a Rosa María Fabián a los Juegos Centroamericanos de Veracruz 2014, donde la atleta logró llegar a la final de los 400 metros, a pesar de las adversidades previas, como una grave lesión. Este logro fue una prueba del poder de la fe y la perseverancia, y Aymée recuerda con orgullo cómo contribuyó a que Rosa superara sus límites.

«Lo que más me llena es ver cómo mis atletas crecen, tanto dentro como fuera de la pista. El trabajo conjunto con ellos y el verlos lograr sus metas me hace sentir que mi labor como entrenadora tiene un impacto real en sus vidas.»

En su actual rol en República Dominicana, Aymée trabaja con Yaseen Pérez como asistente, enfocándose en el fortalecimiento físico y la resistencia de los atletas. Ha tenido la oportunidad de trabajar con jóvenes talentos como César Peña, un velocista prometedor, y Ruth Graciano, una atleta en los 100 metros con grandes perspectivas. Aymée también comparte su pasión por el pentatlón moderno, un deporte que ha incorporado en su repertorio, llevando a sus atletas a competir en múltiples disciplinas.

Pero más allá de su impresionante carrera como entrenadora, lo que realmente distingue a Aymée es su capacidad para motivar, enseñar y guiar con un enfoque cercano y humano. Para ella, trabajar al lado de Marileidy Paulino ha sido una experiencia enriquecedora, y destaca la generosidad de la atleta, quien donó sus medallas para los Juegos Pioneriles de La Habana, un gesto que revela la grandeza de su carácter.

El atletismo en República Dominicana ha crecido significativamente en los últimos años, y Aymée es testigo de ello. Con la ayuda de entrenadores cubanos, como Raúl Terry, César, Emilio Valle y otros, los atletas dominicanos han mejorado notablemente en su rendimiento. Aymée es parte de este proceso de desarrollo, y su experiencia con Yasser Pérez ha sido clave en su propia evolución como entrenadora.

«El atletismo dominicano ha evolucionado mucho, y los entrenadores cubanos hemos aportado un granito de arena en ese crecimiento. Los atletas dominicanos aprenden rápido y tienen un gran talento, es un honor trabajar con ellos.»

Con una proyección clara para el futuro, Aymée busca seguir creciendo como entrenadora, impulsando a sus atletas a nuevos logros y alcanzando nuevas metas, tanto en atletismo como en pentatlón moderno. Además, no descarta iniciar una nueva etapa en su vida personal, deseando ser madre y continuar su formación académica.

Aymée Martínez es un ejemplo de cómo el deporte va más allá de la pista. Su legado como atleta y entrenadora seguirá inspirando a generaciones venideras, demostrando que, con trabajo duro, resiliencia y pasión, se puede superar cualquier desafío y alcanzar el éxito.

«Gracias a todos los que me han apoyado, tanto en mis buenos como en mis malos momentos. El deporte me ha dado muchas lecciones, y estoy feliz de poder compartir mi experiencia con los demás.»